La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica no transmisible que puede afectar a personas de todas las edades. Sigue leyendo para conocer los principales tipos de crisis epilépticas, cómo afectan a las personas y cómo se diagnostica y se trata la epilepsia.

En Neuraxpharm desarrollamos alternativas farmacológicas para el tratamiento de la epilepsia, así como medicación de rescate para las crisis. Una vez que tu médico haya determinado tus necesidades específicas, podrá recetarte el producto que mejor se adapte a tus necesidades y a tu estado.

¿Qué es la epilepsia?

La epilepsia es una enfermedad neurológica que afecta al cerebro y al sistema nervioso. La epilepsia se considera un «síndrome» porque tiene numerosas causas y provoca varios tipos de crisis diferentes, y su gravedad e impacto pueden variar de una persona a otra, con una serie de condiciones coexistentes.

Los enfermos de epilepsia tienden a sufrir crisis frecuentes, que provocan una gran variedad de síntomas, desde quedarse rígido o con la mirada perdida hasta temblores o sacudidas incontrolables.

Los ataques epilépticos se originan en el cerebro y están causados por una alteración de la actividad eléctrica del mismo. Otros tipos de crisis, como las causadas por un nivel bajo de azúcar en sangre o por problemas cardíacos, no son crisis epilépticas.

¿Cuáles son los principales tipos de epilepsia?

Existen muchos tipos de epilepsia, como la epilepsia focal, la epilepsia generalizada y las epilepsias con crisis generalizadas y focales. Los médicos investigan los tipos de crisis que se producen y lo que las ha causado para clasificar el tipo de epilepsia.

  • Epilepsia focal: cuando las convulsiones provienen de una mitad del cerebro, como las convulsiones focales sin alteración de la consciencia y las convulsiones con alteración de la misma (más abajo encontrarás más información sobre los diferentes tipos de convulsiones).
  • Epilepsia generalizada: cuando se producen convulsiones generalizadas, que comienzan en ambas mitades del cerebro. Pueden ser crisis de ausencia, mioclónicas, atónicas, tónicas y tónico-clónicas.
  • Epilepsia combinada generalizada y focal: cuando se sufren tanto crisis generalizadas como focales.

Existen más de 40 tipos diferentes de crisis epilépticas. En algunas convulsiones las personas permanecen alerta, mientras que en otras pueden perder la consciencia. Pueden provocar temblores y sacudidas o sensaciones inusuales en las personas. Los principales tipos de convulsiones y sus síntomas se detallan en la sección de síntomas más adelante.

¿Cuántas personas tienen epilepsia?

La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas (es decir, que afectan al sistema nervioso) más comunes del mundo. Afecta a personas de cualquier edad, raza y clase social. Alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo padecen esta enfermedad, pero se calcula que hasta el 70 % de las personas con epilepsia podrían vivir sin convulsiones con el diagnóstico y el tratamiento adecuados.

Síntomas

El principal síntoma de la epilepsia son las crisis epilépticas. Están causadas por descargas repentinas de actividad eléctrica en el cerebro que alteran su funcionamiento y confunden sus mensajes habituales. En función de la parte del cerebro implicada, las convulsiones pueden afectar de manera distinta.

¿Cuáles son los síntomas de la epilepsia?

El principal síntoma de la epilepsia son las crisis recurrentes, que suelen ser imprevisibles y puntuales, lo que significa que aparecen y desaparecen. Sin embargo, a muchas personas les resulta útil llevar un registro de lo que ocurre antes de cada crisis para ayudarles a comprender mejor las señales de aviso típicas en ellas.

La mayoría de las personas con epilepsia tienen convulsiones que duran poco tiempo (menos de cinco minutos) y se detienen solas. Pero a veces, un ataque puede durar más de cinco minutos, o pueden producirse varios ataques sin tiempo de recuperación entre ellos. Esto se conoce como «estatus epiléptico» y puede ser necesaria una asistencia de emergencia o medicación para poner fin a las crisis lo antes posible.

Las crisis se clasifican en focales, que comienzan en una parte del cerebro, y generalizadas, que afectan a todas las partes del cerebro. 

Crisis focales

Las crisis focales suelen ser breves, con una duración inferior a dos minutos.

  • Crisis focales sin pérdida de conocimiento: también conocidas como crisis «focales simples», en las que el paciente sigue siendo consciente de lo que ocurre a su alrededor y no pierde el conocimiento. Los síntomas pueden incluir sacudidas involuntarias de un brazo o una pierna, y síntomas sensoriales como sentir una sensación de hormigueo, mareos y ver luces intermitentes. 
  • Crisis focales con alteración de la conciencia: durante estas convulsiones se ve afectada la consciencia. El cuerpo tiende a hacer movimientos involuntarios, como chupetear los labios, agitar los brazos y hacer ruidos guturales, o puede que simplemente te quedes con la mirada fija.

Crisis generalizadas

  • Crisis tónico-clónicas: son las convulsiones que suelen asociarse a la epilepsia. Tienen dos fases, que suelen durar entre uno y tres minutos en total. Si las convulsiones se prolongan durante cinco minutos, es importante pedir asistencia médica. La primera es la fase «tónica», en la que se pierde el conocimiento, el cuerpo se pone rígido y te caes al suelo. En la segunda fase («clónica»), las extremidades se sacuden repetidamente y la respiración puede verse afectada, lo que puede provocar un tono azulado alrededor de la boca. A veces puedes morderte la lengua o perder el control de la vejiga y los intestinos.
  • Crisis de ausencia: este tipo de crisis suele durar hasta 10-15 segundos y afecta principalmente a los niños. Los síntomas incluyen el parpadeo, ligeras sacudidas del cuerpo y la mirada fija al infinito como si se estuviera soñando despierto.
  • Crisis mioclónicas: estas convulsiones son muy breves y duran solo una fracción de segundo, por lo que la conciencia no suele verse afectada. Provocan sacudidas o espasmos repentinos que pueden afectar a parte o a todo el cuerpo. Las crisis mioclónicas pueden ser leves o más fuertes, como una descarga eléctrica.
  • Crisis tónicas: según el lugar del cerebro en el que se inicie la convulsión, los músculos de una zona del cuerpo o de todo el cuerpo se tensarán, haciendo que el cuerpo se ponga rígido. Si ocurre cuando está de pie, puedes caerte al suelo. Estas crisis son cortas y generalmente duran menos de 20 segundos.
  • Crisis atónicas: solo duran unos segundos, pero tienen un fuerte efecto, ya que hacen que todos los músculos se debiliten. Esto puede hacer que te caigas al suelo, o que la cabeza caiga hacia delante y las rodillas se doblen y te caigas.
  • Crisis clónicas: suelen afectar a la cara, el cuello y los brazos y provocan movimientos corporales espasmódicos repetitivos.

¿Cuáles son las fases de la epilepsia?

La epilepsia no tiene etapas definidas; puede aparecer de forma bastante repentina y puede comenzar a cualquier edad. Cualquiera puede tener una sola crisis epiléptica, y esto no significa necesariamente que se tenga epilepsia.

A menudo, la epilepsia es una enfermedad crónica, aunque algunos tipos de epilepsia duran un tiempo limitado y los ataques acaban por desaparecer.

¿Cuáles son los primeros signos de la epilepsia?

Por lo general, las convulsiones son imprevisibles, breves y puntuales, lo que significa que aparecen y desaparecen, por lo que puede ser difícil saber cuándo esperarlas. 

Los signos también pueden variar en función de la persona, por lo que es útil hacerse una idea de los signos de aviso que se producen con cada crisis para poder anticiparse y prepararse. Los signos de aviso pueden incluir:

  • Sentimientos extraños que son difíciles de describir
  • Olores, sabores o sensaciones inusuales
  • Experiencias inusuales, como sentirse diferente o sentir que el cuerpo no te pertenece
  • Sentirse confundido
  • Olvidos 
  • Movimientos bruscos de un brazo, una pierna o el cuerpo
  • Caídas o tropiezos
  • Hormigueo y entumecimiento
  • Dolores de cabeza
  • Sensación de sueño o debilidad
  • Perder inesperadamente el control de la vejiga o movimientos intestinales

Las crisis focales “simples” se denominan a veces «auras» y suelen considerarse un aviso de que se va a producir una crisis tónico-clónica. Pueden consistir en una sensación de déjà vu (sensación de haber estado aquí antes), sensación repentina de miedo o alegría intensa, hormigueo en brazos y piernas, rigidez o espasmos en el cuerpo, sabores u olores inusuales y una sensación ascendente desde el estómago.

Causas, factores de riesgo y esperanza de vida

Las causas de la epilepsia son complejas y no siempre son fáciles de identificar y, a menudo, la epilepsia no tiene causas identificables. Puede ser el resultado de la genética de una persona, de un cambio estructural en el cerebro o de otras enfermedades subyacentes, como tumores cerebrales y enfermedades infecciosas, como la meningitis y la encefalitis viral. Ciertos acontecimientos también pueden hacer más probables los ataques epilépticos, como la falta de oxígeno en el cerebro del bebé durante el parto o las lesiones cerebrales provocadas por un accidente o un ictus.

En los adultos con epilepsia, el riesgo de morir es hasta tres veces mayor que en la población general. Los estudios sugieren que la esperanza de vida puede reducirse hasta en 10 años cuando hay una causa conocida de epilepsia.

¿Qué causa la epilepsia?

La epilepsia puede estar vinculada a una tendencia genética o ser causada por un cambio en el cerebro. Esto puede incluir daños cerebrales causados por:

  • Una lesión cerebral, a menudo como resultado de un accidente de coche u otra lesión traumática
  • Enfermedades infecciosas, como la meningitis, el SIDA y la encefalitis vírica
  • Un ictus o un tumor cerebral
  • Daños por consumo de drogas o alcohol
  • Lesión prenatal, como la deficiencia de oxígeno durante el parto

Las crisis pueden aparecer de forma aleatoria, pero muchas personas creen que existen algunos factores pueden desencadenarlas, como falta de sueño, estrés, medicación, drogas o alcohol, la omisión de comidas, el despertar, la menstruación y luces intermitentes o parpadeantes. Estos factores no causan la epilepsia por sí mismos, pero son desencadenantes habituales de los ataques epilépticos.

¿La epilepsia es hereditaria?

Alrededor de una de cada tres personas con epilepsia tiene también un familiar con esta enfermedad, lo que sugiere que la causa suele ser hereditaria. Sin embargo, muchas personas que tienen padres con epilepsia no sufren crisis ni desarrollan la enfermedad. A veces también es el resultado de una tendencia genética no heredada, causada por un cambio en los genes de una persona, que puede ocurrir a medida que envejecemos.

¿A quién afecta la epilepsia?

La epilepsia puede desarrollarse en cualquier momento de la vida, pero se diagnostica con mayor frecuencia en niños y en personas mayores de 65 años. Esto se debe a que hay causas más probables durante estas etapas de la vida, como las dificultades en el nacimiento y la infección en la infancia o los accidentes cerebrovasculares en las personas mayores.

¿Cuánto tiempo se puede vivir con epilepsia?

Una vez que se ha desarrollado la epilepsia, suele ser una enfermedad crónica, aunque hay muchas opciones de tratamiento para ayudar a reducir las crisis o incluso detenerlas por completo. 

A veces, la medicación ayuda a las personas a no sufrir crisis durante un año o más antes de sufrir otra crisis aparentemente bastante aleatoria. Esto se conoce como una «crisis aislada» y puede ocurrir por diferentes motivos. Si sufres una crisis aislada, es aconsejable que acudas al médico por si es necesario adaptar tu tratamiento.

Muchas personas pasan toda su vida en tratamiento, pero en algunas las crisis desaparecen con el tiempo, lo que significa que pueden dejar de tomar la medicación. Cuando la epilepsia desaparece de esta manera se denomina remisión espontánea.

Diagnóstico

Las personas a las que se les diagnostica epilepsia tienen tendencia a sufrir crisis repetidas que se inician en el cerebro, por lo que es probable que los médicos solo investiguen cuando se ha sufrido más de una crisis.

Tener una sola crisis no significa que se tenga epilepsia. Sin embargo, si has sufrido una crisis, habla con tu médico de familia de inmediato para que pueda comenzar a investigar la causa. 

En primer lugar, el médico tratará de determinar si las convulsiones que estás sufriendo se originan en el cerebro o no. Otros tipos de convulsiones, como las causadas por un nivel bajo de azúcar en sangre o por problemas cardíacos, no se asocian a la epilepsia.

Si crees que puede tratarse de epilepsia, lo habitual es que te remitan a un neurólogo, que es un médico especializado en enfermedades que afectan al cerebro y los nervios.

¿Cómo se diagnostica la epilepsia?

No existe una prueba única para diagnosticar la epilepsia, por lo que puede ser un proceso largo mientras los médicos estudian toda la información para averiguar la causa de las convulsiones. A menudo, los síntomas pueden parecer similares a los de otras afecciones, como los ataques de pánico, las migrañas o los desmayos, por lo que toda la información específica que puedas proporcionar sobre tus convulsiones será de utilidad.

Esto podría incluir:

  • Describir cuándo se produjo el ataque y qué estabas haciendo antes
  • Anotar todo lo que recuerdes sobre cómo te sentiste antes, durante y después de la convulsión, como las sensaciones físicas, las emociones y si permaneciste en alerta o no
  • Llevar a alguien contigo que haya visto una de tus crisis o pedirle que escriba algunas notas para presentárselas a tu médico
  • Grabar en vídeo una de tus crisis

Pruebas para diagnosticar la epilepsia

Una vez que tu médico tenga una idea más clara de las convulsiones que estás teniendo, puede sugerirte algunas pruebas. Con ellas tendrá más información para establecer un diagnóstico y podrá descartar otras causas, pero las pruebas por sí solas no pueden confirmar o descartar la epilepsia.

Las pruebas para la epilepsia incluyen:

  • Escáneres cerebrales: el principal tipo de escáner cerebral es la resonancia magnética (RM). Crea una imagen del cerebro mediante campos magnéticos y puede mostrar al médico cualquier cosa inusual, como daño cerebral, cicatrices o un tumor.
  • EEG: abreviatura de electroencefalograma. Un EEG utiliza electrodos inofensivos que se fijan al cuero cabelludo. Estos electrodos registran las señales eléctricas de tu cerebro en un ordenador y luego se analizan para detectar cualquier actividad cerebral inusual.
  • Análisis de sangre: el médico solicitará una extracción de sangre del brazo. Esto le permite buscar otras posibles causas de las convulsiones, como niveles bajos de azúcar en sangre o diabetes.
  • ECG : abreviatura de electrocardiograma, Un ECG puede captar una actividad inusual en el corazón a través de sensores eléctricos que se adhieren a tu cuerpo. Esta prueba es inofensiva y no duele, y los resultados pueden ayudar a descartar si las convulsiones están relacionadas con el funcionamiento de tu corazón.

Tratamiento y medicación

Si se te diagnostica epilepsia, hay una serie de tratamientos disponibles que incluyen medicación, cirugía y tratamientos de estimulación. Aunque en general la epilepsia no puede curarse, con el tratamiento adecuado muchas personas son capaces de mantener las crisis bajo control o incluso detenerlas por completo.

¿Cómo se trata la epilepsia?

Las pautas de tratamiento se adaptan a cada persona y dependen de la edad, el tipo de crisis y cualquier otra condición médica que puedas tener. Es posible que se te pida que lleves un diario de tus crisis para que el médico pueda hacerse una idea mejor y pueda recomendarte el mejor tratamiento. Esto incluye información sencilla como:

  • Cuándo se producen las crisis
  • Cuánto duran
  • Qué síntomas tienes
  • Cualquier cambio en tu rutina diaria, como una medicación diferente o la menstruación

Medicación

La mayoría de las personas con epilepsia toman fármacos antiepilépticos (FAE) para ayudar a controlar las crisis cambiando los niveles químicos en el cerebro.

Los FAE son eficaces para alrededor de siete de cada diez personas con epilepsia. Si el primer FAE no es eficaz, el médico puede probar otras alternativas o una combinación de diferentes tipos para encontrar el tratamiento más adecuado para ti.

La medicación para la epilepsia se presenta en forma de cápsulas, líquidos, comprimidos y jarabes, y suele tomarse a diario. Cualquier efecto adverso que se produzca con estos medicamentos debe consultarse siempre con un médico o farmacéutico. Los fármacos para la epilepsia también pueden afectar a otros medicamentos, por lo que deben tomarse siempre bajo la supervisión de un profesional sanitario.

Si te han diagnosticado epilepsia recientemente, es posible que tengas muchas dudas antes de empezar el tratamiento. Es una buena idea hablar de ello con un profesional sanitario; te será útil anotar algunas preguntas antes de la cita.

A continuación presentamos algunos ejemplos de preguntas que puedes hacer sobre tu tratamiento:

  • ¿Cómo funciona la medicación?
  • ¿Cuándo y cómo debo tomarla?
  • ¿Es probable que note algún efecto adverso?
  • ¿Afectará a algún aspecto de mi vida cotidiana, como la conducción?
  • ¿Afectará a algún otro medicamento que esté tomando?
Si cuidas a un niño con epilepsia, es posible que tengas otras preguntas sobre la mejor manera de ayudarle, como:
  • ¿Qué información médica debo compartir con el colegio de mi hijo?
  • ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo si tiene una crisis?

Cirugía

En los casos en los que los FAE no hayan ayudado a controlar las crisis, se puede considerar la cirugía. En primer lugar, se realizarán pruebas para ver si las convulsiones están causadas por una pequeña parte del cerebro en la que sea posible operar.

Existen dos tipos diferentes de cirugía:

  • Extirpación de una pequeña parte del cerebro que provoca las convulsiones
  • Separar la parte específica del cerebro que está causando las convulsiones del resto del cerebro
Una operación de cerebro es una gran decisión y es importante estar seguro antes de seguir adelante. Tu médico te explicará el procedimiento y atenderá tus preocupaciones sobre la recuperación y los posibles efectos adversos. Recopila toda la información posible antes de tomar una decisión.

Intervención

Otros procedimientos utilizados para tratar la epilepsia son la estimulación del nervio vago (ENV) y la estimulación cerebral profunda (ECP).

En la terapia ENV, se implanta un pequeño dispositivo eléctrico (como un marcapasos) bajo la piel del pecho. Los impulsos eléctricos se envían al cerebro a través del nervio vago del cuello.

Es poco probable que la ENV detenga las convulsiones por completo, pero puede ayudar a reducir su gravedad y frecuencia al cambiar las señales eléctricas en el cerebro. A menudo se utiliza junto con los fármacos antiepilépticos.

La ECP funciona de forma similar. Se implantan electrodos en zonas específicas del cerebro donde se produce la actividad epiléptica para cambiar las señales eléctricas y ayudar a controlar los ataques. Se trata de un procedimiento relativamente nuevo que actualmente solo se utiliza en adultos y es necesario investigar más para conocer su eficacia.

Dieta

La dieta cetogénica (también conocida como terapia cetogénica) es una dieta médica especializada con alto contenido en grasas y bajo contenido en carbohidratos y proteínas. A veces se utiliza para tratar la epilepsia cuando las crisis no pueden controlarse con los FAE. Por esta razón, se utiliza más comúnmente para tratar a los niños, y ha demostrado que reduce el número de convulsiones en algunos niños.

Es importante que los niños solo sigan la dieta cetogénica bajo la estricta supervisión de un pediatra o un dietista pediátrico que pueda asegurarse de que la dieta sea equilibrada.

Ejercicio

Para las personas cuya epilepsia pueda ser provocada por el estrés, el ejercicio puede ser útil, junto con otros tratamientos. A muchas personas les resultan útiles las terapias de relajación y alivio del estrés, como el yoga y la meditación.

Prevención

Las causas de la epilepsia son muy variadas, por lo que no existe un único método de prevención, pero hay algunas cosas sencillas que puedes hacer para ayudar a reducir las posibilidades de desarrollarla.

 

  • Toma precauciones de seguridad, como el uso de cinturones de seguridad, sillas de coche para niños y cascos de bicicleta para reducir el riesgo de lesiones en la cabeza.
  • Sigue una dieta sana y equilibrada, evita fumar y mantén un consumo bajo de alcohol para reducir el riesgo de un accidente cerebrovascular.

Para las personas que padecen epilepsia, llevar un diario de sus crisis puede ser un método eficaz para prevenir las crisis epilépticas, ya que puede ayudar a identificar los factores que tienen más probabilidades de desencadenar una crisis, y permitirle evitar estas situaciones en el futuro.

Algunas ayudas de seguridad también pueden ser útiles para detectar los signos de aviso de las crisis, como los sistemas de alerta de convulsiones que controlan aspectos como los cambios en la frecuencia cardíaca y la temperatura y envían una alerta a una persona para que sepa que puedes necesitar ayuda.

Estudios científicos

Aunque muchas personas con epilepsia responden bien al tratamiento, alrededor del 30 % de las personas tienen crisis incontroladas que no responden a la medicación. Por este motivo, se sigue investigando mucho en nuevos tratamientos para las personas con epilepsia.

Por ejemplo, los científicos están estudiando por qué la actividad de los genes es diferente en las personas con epilepsia e investigando nuevas moléculas que podrían convertirse en nuevos fármacos para la epilepsia. Estos hallazgos podrían ser cruciales para ayudar a descubrir nuevos medicamentos para las personas cuyas crisis no responden a los tratamientos actuales. 

Fuentes de referencia

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